jueves, 20 de noviembre de 2014

Cortar los hilos que te amarran








A veces los dolores o los malestares llegan por algún tipo de "amarre" con otra persona. Las ataduras emocionales se convierten en molestias físicas cuando la culpa o el miedo te atan a otra persona. 

Libérate de estas ataduras con el siguiente método y la ayuda del arcángel Miguel y su espada erradicadora del mal, y del arcángel Rafael, con su luz verde sanadora.

Encuentra un lugar cómodo, seguro y cálido para sentarte o acostarte.

Cierra los ojos y relaja tu cuerpo. Inhala y exhala varias veces antes de comenzar.

Pide al arcángel Miguel que te ayude a cortar las ataduras que no te permiten evolucionar  o ser feliz.

Observa en tu mente tu cuerpo y localiza los hilos que salen de él. Siente los lugares donde haya dolor y molestia. 

Visualiza los hilos que te conectan a otras personas en relaciones desbalanceadas.

Imagina al arcángel Miguel cortando los hilos con su espada.

Pide al arcángel Rafael que sane los cortes con su luz verde sanadora. Siente como la "Curación de Dios" te sana los huecos que han dejado los hilos cortados.

Repite esta visualización hasta que sientas que la relación con la otra persona adquiere más balance y justicia.



Liberarte de las dagas



Si algún día has sentido que sales de una reunión o encuentro con otra persona como si te hubieran dado una paliza o como si te hubieran chupado la energía, es posible que te hayas expuesto a un ataque psíquico. Esto puede ocurrir aun cuando no haya mala intención en la otra persona.

Para reparar el daño, relájate e imagina los lugares de tu ser que han sufrido daño. Imagina que arrancas dagas de esos lugares.

Pide al arcángel Rafael que sane y selle los huecos que dejan las dagas. Imagina su luz verde llenando tu cuerpo a la vez que sella y sana cualquier área afectada.

La próxima vez que salgas o te encuentres con personas negativas, pide a los ángeles que te rodeen con un globo de luz blanca. 

Esa protección de luz angelical te mantendrá tu cuerpo etéreo intacto y protegerá también tus relaciones con los demás al evitar ataduras enfermizas e innecesarias para la vida de ambos. 

Las relaciones sanas mantendrán el resto de tu vida sana.



Fuente:  Tanya T.


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