Las velas han estado presentes en
los ritos y ceremonias religiosas de casi todas las civilizaciones y son
instrumentos de magia extremadamente poderosos.
Las velas están vinculadas al
fuego, elemento de la naturaleza que significa al mismo tiempo la destrucción y
la renovación, el cual produce efectos mágicos cuando se hacen los rituales
correctamente.
El fuego asociado a las
vibraciones de los colores, accionan energías que existen en nosotros,
favoreciendo determinados aspectos de la actividad humana, como el amor,
desempeño profesional, y la espiritualidad.
Las vibraciones del aceite
utilizado para la consagración de la vela, debe estar en armonía con el color.
Esto genera influencias asociadas a las fases de la Luna en la fecha de la
ceremonia y la intención de la persona que está realizando el ritual.
El poder de las velas proviene
básicamente de la acción de las "salamandras", seres elementales
semejantes a los lagartos hechos de llamas, que constituyen la esencia
espiritual del fuego.
Desprovistas del sentido moral o
de emoción, las salamandras atienden nuestro pedido cuando son invocadas
correctamente y pueden actuar tanto para el bien como para el mal. Por este
motivo, es muy importante usarlas siempre en nombre del bien. Para que esto ocurra,
debemos purificar el ambiente donde será realizado el ritual mágico y tratar de
mantener todo el tiempo el alma tranquila y el corazón puro. De lo contrario el
ritual no funcionará.
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