En orden a llegar a ser un
instruido en el Tarot, es necesario entender las ideas básicas de la Kabala y
de la Alquimia. Puesto que esto representa, como de hecho muchos comentaristas
del Tarot piensan, un resumen de las Ciencias Herméticas: la Kábala, Alquimia,
Astrología, Magia, con sus diferentes visiones. Todas estas ciencias,
atribuidas a Hermes Trismegisto, verdaderamente representan un sistema de una
muy amplia y profunda investigación psicológica de la naturaleza del hombre y
su relación con el mundo nouménico (Dios, el mundo del Espíritu) y el mundo
fenoménico (el mundo visible, físico). Las letras del alfabeto hebreo y varias
alegorías de la Kábala, los nombres de los metales, los ácidos y las sales en
la alquimia; de los planetas y constelaciones en la astrología, de los
espíritus buenos y malos en magia: todo esos fueron solamente medios para velar
la verdad ante el no iniciado.
Pero cuando el verdadero
alquimista habla de la búsqueda del oro, habla del oro en el alma del hombre. Y
llamó oro a lo que en el Nuevo Testamento es llamado el Reino de los Cielos, y
en el Budismo, Nirvana. Y cuando el verdadero astrólogo habla de constelaciones
y planetas, él habla de las constelaciones y planetas en el alma del hombre, es
decir, de las cualidades del alma humana y sus relaciones con Dios y con el mundo.
Y cuando el verdadero Kabalista habla del Nombre de Dios, él busca su nombre en
el alma del hombre y en la Naturaleza, no en libros muertos, ni en textos
bíblicos, como hacen los estudiosos de la Kábala.Ella, la Alquimia, la
Astrología, la Magia son sistemas simbólicos paralelos psicológicos y
metafísicos. Cualquier sentencia alquímica puede ser leída en un sentido
Kabalístico u astrológica, pero el sentido siempre será psicológico o
metafísico.
Estamos rodeados por una muralla
construida por nuestras concepciones del mundo, y estamos incapacitados para
mirar sobre esta muralla hacia el mundo real. La Kábala presenta un esfuerzo
para romper este “círculo encantado”. Esta investiga al mundo como es, el mundo
en sí.
El mundo en si, como lo sostiene
el Kabalista, consiste de cuatro elementos, o de cuatro únicos principios
formadores. Estos cuatro principios están representados por las cuatro letras
del nombre de Jehovah. La idea básica de la Kábala consiste en el estudio del
Nombre de Dios en su manifestación. Jehovah en hebreo es deletreado por cuatro
letras, Yod, He, Vau, He – I.H.V.H. – A estas cuatro letras son dados los
profundos significados simbólicos. La primera letra expresa el principio
activo, el comienzo o la primera causa, movimiento, energía. “Yo”; la segunda
letra expresa el elemento pasivo, inercia, quietud, “el no Yo”; la tercera, el
balance de los opuestos, “la forma”, y la cuarta, el resultado o energía
latente.
Los Kabalistas afirman que
cualquier fenómeno o cualquier objeto consiste de estos cuatro principios, es
decir, que cualquier objeto y cualquier fenómeno consiste del Nombre de Dios
(El Mundo), Logos.
El estudio de este Nombre (o de
la palabra de cuatro letras, tetragrammaton, en griego) y el hallazgo de esto
en todas partes constituye el mayor problema de la filosofía Kabalística.
Para establecer esto en otra
forma los Kabalistas sostienen que estos cuatro principios penetraron y crearon
todo. Por consiguiente, cuando el hombre encuentra esos cuatro principios en
las cosas y fenómenos de la totalidad de las diferentes categorías (donde antes
él no observaba similitud), comienza a ver analogía entre estos fenómenos. Y
gradualmente, termina por convencerse de que el mundo entero está construido de
acuerdo a una y a la misma ley, sobre uno y el mismo plan. La riqueza y el
desarrollo de su intelecto consisten en la expansión de su facultad para
encontrar analogías. Por lo tanto el estudio de la ley de las cuatro letras, o
del nombre de Jehovah presenta medios poderosos para ampliar la consciencia.
Esta idea está perfectamente
clara, porque si el Nombre de Dios está realmente en todo (si Dios está
presente en todo), todo sería análogo a cada cosa: la más pequeña partícula
análoga a la totalidad, una grano de polvo análogo al universo, y todo análogo
a Dios. El Nombre de Dios, la Palabra o Logos es el origen del mundo. Logos
también significa Razón, la palabra es el Logos, la razón de todo.
Hay una completa correspondencia
entre Kábala y Alquimia y Magia. En la Alquimia los cuatro elementos que constituyen
el mundo son llamados fuego, agua, aire y tierra; estos corresponden totalmente
en significado con las cuatro letras Kabalísticas. En Magia, ellos son
expresados como cuatro clases de espíritus: elfos (o salamandras), ondinas,
silfos y gnomos.
El Tarot a su vez es totalmente
análogo a la Kábala, la Alquimia y la Magia, y los incluye. Correspondiendo a
los cuatro primeros principios o cuatro letras del Nombre de Dios o los cuatro
elementos alquímicos o las cuatro clases de espíritus, el Tarot tiene cuatro
pintas: cetros, copas, espadas y pantáculos. Así cada pinta, cada lado del
cuadrado, igual al punto, representa uno de los elementos, controla una clase
de espíritu. Los cetros son fuego o elfos (o salamandras); las copas son agua u
ondinas; las espadas son aire o silfos, y los pantáculos, tierra o gnomos.
Además en cada pinta el Rey significa el primer principio o fuego; la reina –
el segundo principio o agua; el Caballero – el tercer principio o aire, y el
Paje (valet) – el cuarto principio o tierra.
Luego nuevamente, los ases
significan fuego, los dos agua; los tres aire; los cuatro tierra. Luego
nuevamente los cuatro son el primer principio, los cinco el segundo, etc.
Al observar las pintas, uno puede
decir que las pintas negras (cetros y espadas) expresan actividad y energía,
voluntad, iniciativa y el lado subjetivo de la consciencia, y las rojas (copas
y pantáculos) expresan pasividad, inercia y el lado objetivo de la consciencia.
Luego las primeras dos pintas (cetros y copas) representan “el bien” y las
otras dos (espadas y pantáculos) representan “El mal”.
Así cada carta de las
cincuenta y seis indican (independientemente de su número) la presencia de los
principios de actividad o pasividad, del “bien” o del “mal”, surgiendo tanto en
la voluntad del hombre como fuera de ella. Y el significado de cada carta es
posteriormente descifrado a través de sus variadas combinaciones con las pintas
y números en su significado simbólico. Las cincuenta y seis cartas como un
total representan un completo cuadro de todas las posibilidades de la
consciencia del hombre. Y esto hace el Tarot adaptable para la adivinación.
Así, incluyendo a la Kábala, la Astrología, la Alquimia y la Magia, el Tarot
hace posible “buscar oro”, “evocar espíritus” y “trazar horóscopos”,
simplemente por medio del mazo de cartas sin la complicada parafernalia y
ceremonias de un alquimista, astrólogo o mago.
Pero lo más interesante del Tarot
está en las veintidós cartas con nombre. Estas cartas tienen significado
numérico y también un muy complicado significado simbólico.
La literatura relativa al Tarot
tiene en consideración principalmente la lectura de los diseños simbólicos de
las veintidós cartas. Verdaderamente muchos escritores sobre ocultismo han
desplegado sus trabajos sobre el plan del Tarot. Per esto no se sospecha porque
el Tarot raramente es mencionado.
Un símbolo puede servir para
transferir nuestras intuiciones y para sugerir otras nuevas mientras su
significado no esté definido. Los símbolos reales están perpetuamente en proceso
de creación, pero cuando reciben un significado definitivo se transforman en
jeroglíficos y finalmente en un simple alfabeto. Como esto ellos expresan
simplemente conceptos ordinarios, cesan de ser un lenguaje de los Dioses o de
los iniciados y pasa a ser un lenguaje de los hombres que cualquiera puede
aprender.
Propiamente hablando, un símbolo
en ocultismo significa lo mismo en arte. Si un artista usa símbolos ya hechos
en su trabajo, este no es verdadero arte, sino solamente un pseudo arte. Si un
ocultista comienza a usar símbolos ya hechos, su trabajo no es verdaderamente
oculto, porque esto no contendrá esoterismo, ni misticismo, sino sólo un pseudo
ocultismo, pseudo esoterismo y pseudo misticismo. El simbolismo en que los
símbolos tiene significados definidos es pseudo simbolismo.
Teniendo clara esta idea en su
mente, el autor halla que la clave del Tarot debe residir en la imaginación y
decide hacer un esfuerzo para re-diseñar las cartas, entregando cuadros
descriptivos del Tarot, y para interpretar los símbolos, no por medio de
análisis, sino por síntesis. El lector encontrará en el siguiente titulo
“cuadros escritos”, reflexiones de muchos autores que han escrito sobre el
Tarot, como Saint Martin, Eliphas Levi, Papus, etc. y otros autores que ciertamente
nunca pensaron en el Tarot como, por ejemplo, Plotino, Gichtel (siglo VXII),
Friedrich Niestzche, M. Collins, etc., quienes llegaron, no obstante, a los
mismos principios fundamentales como los autores desconocidos del Tarot.
Las descripciones de los arcanos
en estos “cuadros escritos” frecuentemente representan una concepción que es
casi enteramente subjetiva, por ejemplo, la de la carta 18. Y el autor parece
pensar que otro puede concebir los mismos símbolos en forma diferente, en
ningún caso él considera esto totalmente imposible.
Cualquier interesado en este
rompecabezas filosófico bien puede preguntar: Entonces, qué es el Tarot?
Es una doctrina o simplemente un
método? Es un sistema definitivo o simplemente un alfabeto por cuyos medios se
puede construir cualquier sistema? En resumen, es un libro conteniendo
enseñanzas específicas, o es simplemente un aparato, una máquina que puede ser
usado para construir cualquier cosa, igualmente un nuevo universo ?.
El autor cree que el Tarot puede
ser usado para ambos propósitos. Por supuesto, los contenidos de un libro
pueden ser leídos tanto hacia delante como para atrás. no pueden ser – en
sentido ordinario, – estrictamente definitivos. Pero quizá encontramos en esta
verdadera indefinición del Tarot y en la complejidad de su filosofía, el
elemento que constituye su definición. El hecho de que se cuestione si el Tarot
es un método o una doctrina muestra la limitación de nuestra “mente
tridimensional” que está incapacitada para elevarse sobre el mundo de la forma
y contraposiciones o para liberarse ella misma de la tesis y antítesis. Sí, el
Tarot contiene y expresa cualquier doctrina a ser encontrada en nuestra
consciencia, todo en este sentido tiene definición.
Esto representa la
Naturaleza en toda su riqueza o sus posibilidades infinitas, y existe en ello
como en la Naturaleza, no uno, sino todos los potenciales significados. Y esos
significados fluyen y siempre están cambiando, así el Tarot no puede ser
específicamente esto o aquello, porque siempre se mueve y aún es siempre lo
mismo.
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