miércoles, 23 de abril de 2014

Cafeomancia










Una de las maneras más primitivas de adivinar el futuro es la cafeomancia, es decir, hacerlo a través de las figuras y señales que deja el café en una taza o bien los posos de haberlo preparado.

Aunque en general esta costumbre se atribuye a Francia, lo más probable es que este arte adivinatorio provenga de África o Asia.

Sea como fuere, el italiano Tomás Tamponelli fue el primer autor de una obra escrita sobre este tema. Este manual data del siglo XVII.

Es necesario un ritual para llevar a cabo una sesión de cafeomancia, desde la concentración de la persona que preparan el café y la que leerá los posos.

También es posible que una sola persona sea la que elabore el café y luego interprete las señales.

En cualquier caso, se puede leer de dos maneras: al plato (se leen los posos que sobran de la cafetera sobre el plato) o a la taza (se bebe el café y se interpretan las manchas que surgen tanto en el fondo de la taza como en sus paredes).

Sólo hace falta café (no soluble) y algo de azúcar fino.

Mediante el sistema del plato, se pone posos del café sobre un paño blanco.

Éste se aprieta y se interpreta la mancha que aparece.

Asimismo se observan cuidadosamente los posos que cubren la superficie del plato.

Para el otro sistema, se usará una taza blanca para el ritual.

Se prepara café en una clásica cafetera tipo italiana (no eléctrica) y cuando se termina de beber, tras esperar un par de minutos, se formula en voz alta la pregunta sobre lo que se desea saber, se da la vuelta a la taza, y se coloca sobre un plato.

Tras cinco minutos, se interpretan las señales que aparecen. En ambos casos, lo más idóneo es dejarse llevar por la primera impresión acerca de lo que parece que quieren representar dichas figuras.

En el plato, las diferentes zonas del plato representan el pasado, el presente y el futuro. En el sistema de la taza, si de primeras parece un sombrero, mejor pensar que es ese objeto en concreto a estar reflexionando sobre si puede ser, además de un sombrero, una roca o una casa, por ejemplo.

El fondo de la taza son las relaciones amorosas, las paredes nos hablarán del presente, y el borde de la misma, el futuro.




Fuente: Internet.

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