Una de las maneras más primitivas
de adivinar el futuro es la cafeomancia, es decir, hacerlo a través de las
figuras y señales que deja el café en una taza o bien los posos de haberlo
preparado.
Aunque en general esta costumbre
se atribuye a Francia, lo más probable es que este arte adivinatorio provenga
de África o Asia.
Sea como fuere, el italiano Tomás
Tamponelli fue el primer autor de una obra escrita sobre este tema. Este manual
data del siglo XVII.
Es necesario un ritual para
llevar a cabo una sesión de cafeomancia, desde la concentración de la persona
que preparan el café y la que leerá los posos.
También es posible que una sola
persona sea la que elabore el café y luego interprete las señales.
En cualquier caso, se puede leer
de dos maneras: al plato (se leen los posos que sobran de la cafetera sobre el
plato) o a la taza (se bebe el café y se interpretan las manchas que surgen
tanto en el fondo de la taza como en sus paredes).
Sólo hace falta café (no soluble)
y algo de azúcar fino.
Mediante el sistema del plato, se
pone posos del café sobre un paño blanco.
Éste se aprieta y se interpreta
la mancha que aparece.
Asimismo se observan
cuidadosamente los posos que cubren la superficie del plato.
Para el otro sistema, se usará
una taza blanca para el ritual.
Se prepara café en una clásica
cafetera tipo italiana (no eléctrica) y cuando se termina de beber, tras
esperar un par de minutos, se formula en voz alta la pregunta sobre lo que se
desea saber, se da la vuelta a la taza, y se coloca sobre un plato.
Tras cinco minutos, se
interpretan las señales que aparecen. En ambos casos, lo más idóneo es dejarse
llevar por la primera impresión acerca de lo que parece que quieren representar
dichas figuras.
En el plato, las diferentes zonas
del plato representan el pasado, el presente y el futuro. En el sistema de la
taza, si de primeras parece un sombrero, mejor pensar que es ese objeto en
concreto a estar reflexionando sobre si puede ser, además de un sombrero, una
roca o una casa, por ejemplo.
El fondo de la taza son las
relaciones amorosas, las paredes nos hablarán del presente, y el borde de la
misma, el futuro.
Fuente: Internet.
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