Este es un método de adivinación
muy antiguo y conocido, que utiliza al humo y las cenizas del tabaco, como
elementos que hablan del pasado, presente y futuro.
Para que se realice el ritual y
saber por este medio lo que sucederá en el futuro, el lector del tabaco nos
pedirá nuestro nombre completo y la fecha de nacimiento.
Los estudiosos de este método
recomiendan que se deban tomar las palabras de los lectores del tabaco con
seriedad y pleno entendimiento.
El adivinador enciende el tabaco
y espera a que se queme un poco. Para hacer la lectura hay varias opciones.
La persona que pregunta puede
fumarlo o se lo puede fumar el consultante.
También a veces se emplea un
succionador, para no perjudicar la salud y evitar el vómito o mareo.
A medida que se fuma el puro, la
cerilla toma una forma y color determinado que puede ser blanco o negro.
El humo también produce
tonalidades distintas y así, según los más crédulos, la intérprete puede
determinar si es de buenas o de malas en el amor, así como en otros aspectos de
la persona que consulta.
Fuente: Internet.
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