sábado, 26 de abril de 2014

El péndulo y cómo emplearlo como método de adivinación









El péndulo es, tal vez, uno de los métodos de adivinación más recientes que evolucionó a partir del uso antiguo que se daba a las ramas de ciertos árboles para encontrar agua y otros objetos.

En 1922 el médico norteamericano Albert Abrams publicó uno de los primeros textos sobre poderes del péndulo en la detección y tratamiento de enfermedades.

Existen claros testimonios del uso del péndulo en la II Guerra Mundial. Los zahoríes cumplieron un papel determinante para los británicos en el conocimiento de los pasos ofensivos de Hitler. Actualmente, muchos gobiernos como Rusia, Canadá, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos basan muchas investigaciones y experimentos mediante el péndulo.

Tipos de péndulos:

Los primeros péndulos consistían de una simple llave suspendida de un hilo a la cual, a medida que se movía circularmente, se le hacía diferentes preguntas cuyas respuestas podían ser positivas o negativas.  Luego con el tiempo, en lugar de una llave se colocó una sortija o una pequeña bola de plomo.

Posteriormente, el péndulo adquirió formas más refinadas, tales como una pequeña esfera de cristal suspendida de una cadena de oro o un péndulo de forma de pera hecho de ébano o marfil.

En la actualidad, se emplea péndulos de material plástico los cuales están huecos, de modo que pueden llenarse con algún material selecto como oro en polvo o plata.  Sin embargo, muchos adivinadores prefieren el uso de un péndulo sólido de cuarzo aunque requieren de constante limpieza energética, ya que puede cargarse con facilidad de toda clase de energías que pueden interferir con su trabajo.

Para una mejor precisión, el péndulo redondo y algo puntiagudo es el ideal, además, es preciso hacer un nudo en cada extremo del cual pende para evitar que se deslice entre los dedos.

En conjunto con el péndulo, en los casos de búsqueda de objetos o personas, se puede emplear un “testigo” el cual es un elemento que se relaciona directamente con lo buscado.  En este sentido, existen dos tipos: el biológico considerado el más efectivo, pues contiene partículas de lo buscado, por ejemplo, cabello, sangre, uñas o saliva y el artificial el cual es un objeto que evoca y representa una extensión, el cual está impregnado de la persona o cosa buscada. Por citar un ejemplo: ropa, fotografías, mapas, dibujos, palabras, descripciones, etc.





Fuente:  Internet

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