Del griego lukhnos, llama, es el
arte adivinatorio que interpreta la llama de una antorcha o una vela. No debe
confundirse con la licneomancia.
La licneomancia fue practicada
por los griegos y los romanos y también en la Edad Media. Una llama de tres puntas
constituía el mejor de los presagios, una única llama también era de buen
augurio, pero una llama que se dividía en dos era un presagio nefasto.
En Atenas por ejemplo, los sacerdotes utilizaban tres antorchas como
soporte de sus predicciones; mientras que los romanos utilizaban la
lampadomancia, con lámparas de aceite.
Otra forma de licnomancia es el
arte adivinatorio que interpreta las imágenes que se forman por la refracción
de la luz que emana de varias velas colocadas detrás de un vaso redondo y lleno
de agua.
Claves adivinatorias:
Oscilación de la llama: cambio de
circunstancia, obstáculos.
Brillo con luz fuerte: éxito y
suerte.
La llama se apaga: ni el éxito ni
el propósito serán duraderos.
Espirales: Si la llama hace
espirales, es síntoma de que hay personas traicioneras alrededor e incluso
llena de energía negativa. También puede ahumar en negro.
Chisporroteo: presagio de
desilusión.
Chisporrotea y se apaga: pérdida
grave.
Llama baja o débil: Hay que
parar, no es el momento adecuado. Esperar.
La vela para adivinación debe ser
utilizada únicamente para esta finalidad hasta que se acabe.
Fuente: Las Ciencias Ocultas de
la A hasta la Z.
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